lunes, 7 de octubre de 2013

No soy la lámpara de Aladino



Lo he decidido. A partir de hoy, voy a ser desagradable con todo aquel que se atreva a tocarme la barriga por el simple hecho de estar embarazada. La panza de una mujer encinta no es patrimonio de la humanidad. No entiendo por qué la gente se cree con el derecho de tocarla, ni que yo fuera la lámpara de Aladino para que me estén frotando.


Los que piensen que soy una grosera, que no se engañen. A muchísimas embarazadas no nos gusta, lo que pasa es que la mayoría no dice nada y se aguanta. Pero, ¿y por qué tenemos que aguantarnos nosotras?. ¿No estamos, precisamente las embarazadas, más sensibles por los cambios hormonales que sufrimos? Entonces, si se supone que todo el mundo siente ternura hacia nosotras y quieren ayudarnos, pues que empiecen entendiendo nuestros sentimientos.

Es algo muy habitual, que muchos creen un gesto de cariño, pero que a nosotras puede hacernos sentir muy incómodas. Estoy pensando incluso en hacerme una camiseta con el lema, “prohibido tocar”, y no quitármela en los próximos cinco meses. Aunque al final, supongo que no se acercarán por motivos obvios que ahuyentarían incluso a un analfabeto.

Nosotras ya sabemos que es algo instintivo que hace la gente, porque nuestras barrigas son como un imán que atrae a todos, pero es muy sencillo de entender. Sólo les pido que antes de hacerlo, piensen dos segundos y reflexionen sobre esta pregunta que les hago. ¿Tocarían ustedes la barriga de esa persona si no estuviera embarazada? En su respuesta tienen el resultado de lo que sería aceptable.

Muchas de nosotras sentimos que es una intromisión de la intimidad, y sólo nos gusta que la toquen personas de confianza. En algunos casos, si por nosotras fuera, sólo la acariciaría nuestra pareja. Porque, ¿a quién se le ocurre ir tocando barrigas por ahí? No voy a permitir que me llamen rara, ni escrupulosa, pero mi barriga no va a ser de dominio público durante 9 meses para que vecinas, conocidos, o compañeros de trabajo se crean con derecho a tocarla.
           
Tampoco vale el “soy educado y pregunto antes de tocar”. Eso es poner en un compromiso a la embarazada, que se puede sentir obligada a decir que sí sólo por ser agradable, aunque realmente no le apetezca nada que se la toquen. También están los que tocan y luego te dicen, -perdón, a lo mejor eres de las que no les gusta-. Mejor piénsalo antes por si te llevas un espantón.

Así que, reivindico el derecho de las embarazadas a proteger sus tripas y soltar un exabrupto a quien se exceda en las confianzas. Y al resto que no lo están, que controlen sus imperiosos deseos de frotar sus manos en la panza de una embarazada. Igual que en casa aprendieron modales en la mesa, incluyan en su archivo de buenas maneras el no ir tocando las barrigas ajenas.

www.parabebes.com


4 comentarios:

  1. No sabía nada de tu embarazo, ¡enhorabuena! Y la verdad es que me parece una reivindicación perfecta! Si yo estuviera embarazada tampoco me gustaría que me "sobaran" la barriga, creo que es invadir el espacio personal, la distancia de seguridad que todos tenemos. Besos :)

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    1. Muchas gracias Vicky!!! estoy super feliz!!! jeje, estoy totalmente de acuerdo contigo, la gente no se da cuenta que invaden nuestro espacio personal... Gracias por leerme!!! un besote cachivachero

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  2. Yo pienso igual. He tenido, y tengo, amigas embarazadas y la verdad es que no se me ha pasado por la cabeza tocarles la barriga. Animo!! Estás guapísima!!

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    1. Hola Naty!!! ni yo... nunca se me ha ocurrido tocarle la barriga ni a mis amigas... pero en fin.
      Gracias por leer el post! un besazooooo

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