viernes, 27 de febrero de 2015

Lo que los novios esperan de su boda


365 días de preparativos para uno solo de celebración. La gran mayoría de los novios invierte un año de su vida en estudiar, diseñar y contratar todos los detalles que forman parte de un enlace matrimonial. Porque todos, aunque sean de pocos invitados, necesitan una organización para convertirlo en “tu día B”.


Aunque siempre hay cosas que escapan a la previsión de los novios. En este sentido, llevo años recopilando anécdotas propias y de amigos, como por ejemplo, la de aquel baño en un hotel cuando alguien dijo: -Me estoy aburriendo, la música es lo peor.
Dos segundos más tarde, la novia salió de uno de los wáteres… y muy educada contestó: -La música la ha preparado durante meses mi novio con nuestras canciones especiales.

Se pueden imaginar mi cara ¿no? Y es que los familiares y amigos muchas veces no son conscientes del trabajo, ilusión, cariño, tiempo… que han empleado los novios. Y claro, cuando pasan estas cosas es normal que duela. Y diría que es casi imposible que no haya alguien que siempre meta la pata con un comentario así. Lo difícil es que los novios consigan olvidarlo y que el recuerdo que les quede de su boda no sea ese “tropiezo”.

Los que ya se han casado saben de qué les hablo, pero los que no, podrían empezar a entender por qué el dj de aquella boda a la que fueron no les hacía caso cuando le pedían una canción.



Y como cada pormenor se cuida, hay otro tipo de errores que no entiendo, y son los de los profesionales; los de las personas que trabajan en las bodas o se dedican a organizarlas. La primera norma que se deberían grabar a fuego es la DISCRECIÓN.

De este grupo tengo tantas anécdotas que no sé por cuál empezar, si por la de la Wedding Planner que fue vestida de blanco a la boda de una amiga; el fotógrafo que enseñó fotos íntimas de una clienta a otra, o la que bate cualquier récord; la Wedding Planner que hizo llegar a los invitados de la boda un dossier con información y todo lujo de detalles. Para empezar, todos tenían los teléfonos y direcciones de contactos del resto de invitados (uy con la ley de protección de datos hemos topado) y lo peor, que los invitados estaban clasificados por tipos: familiar, amigo novia, amigo novio o el grupo más temido… compromiso. ¿Imaginan las caras de los que abrieron el dossier y se encontraron en el grupo “compromiso”? Un error del que no deben culpa los novios y que les habrá costado más de un disgusto.

En fin, a veces los novios arriesgan contratando a personas que no resultan ser tan profesionales o que no realizaron su trabajo como deseaban. Sin embargo, creo que son mucho más dolorosas las meteduras de pata del primer grupo.



Lo que los novios esperan de su boda es que sus familiares y amigos disfruten, se diviertan y, sobre todo, compartan su felicidad. Y compartir es, en parte, que los conozcan (como pareja) un poco mejor, a través de los detalles y sorpresas que preparan para ese día.

Y es triste, pero algunos invitados son incapaces de leer esos mensajes que dejan los novios a través de la decoración, la música, la comida… Mensajes que nos hablan de cómo son ellos y qué cosas les gustan. Tengo otra anécdota que está dentro del Top Ten. Una amiga escuchó a otra invitada decir en una boda: “Aquí no se respira amor, esto es un paripé falso”. Lo peor es que la novia se acabó enterando del comentario fuera de lugar. El final de la historia se lo pueden imaginar, ya no son amigas.


Como siempre digo: no dejarán de fallarnos, pero merece la pena arriesgarse porque siempre ganamos más de lo que perdemos. Así que, siempre tendrán a personas maravillosas que valoran el esfuerzo que se pone en un día así. Por lo tanto, quédense con lo bueno y… ¡Disfruten al máximo de ese día!




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