martes, 28 de abril de 2015

`La Moda en tiempos de Galdós´

 LA CASA-MUSEO PÉREZ GALDÓS INVITA A CONOCER LA MODA QUE SE IMPUSO EN LA ÉPOCA DEL NOVELISTA

Con una muestra que permanecerá abierta hasta el 19 de julio y que exhibe una docena de trajes de hombre, además de complementos y objetos empleados en la vida cotidiana por la burguesía de entonces.




El Cabildo de Gran Canaria organiza en la Casa-Museo Pérez Galdós (calle Cano, 6, Las Palmas de Gran Canaria) la exposición ‘La moda en tiempos de Galdós’, una singular e interesante muestra que ofrece, a través de una cuidada selección de trajes y accesorios empleados en producciones de teatro, ópera y cine, una completa perspectiva de las corrientes que dominaron el gusto de las clases más adineradas de la sociedad española de mediados del siglo XIX y principios del XX.




La muestra invita a recorrer la época que vivió Galdós a través de la moda y las tendencias de varias etapas, desde la década 1840-1850, hasta 1914, cuando se produce el estallido de la Primera Guerra Mundial. En los modelos expuestos en la Casa Museo Pérez Galdós se advierte cómo la prosperidad económica de la burguesía comienza a reflejarse en el vestir de la época. Entre 1840 y 1850 la mujer ya mostraba sus hombros, sobre todo en los trajes de noche, y las faldas se ensanchaban y alargaban hasta el suelo, adquiriendo un volumen enorme gracias al miriñaque y a la crinolina (llamada así por estar hecha con crines de caballo y lienzo). Hizo su aparición la anilina, el primer tinte sintético, que va a permitir una gran gama de colores, destacando los malvas, los rojos intensos y los azules. La máquina de coser, perfeccionada por el norteamericano Singer, permitió una amplia distribución de las primeras prendas realizadas en serie, la “ropa de confección”, una industrialización frente a la que se posicionaron los diseñadores y modistas que harían de París la capital de la alta costura (uno de sus pioneros fue el inglés Charles Frederick Worth).



Entre 1860 y 1870 aparece una nueva estructura interna, el polisón, que desplaza al ostentoso miriñaque, dando volumen y forma a la trasera de la falda y aplanando la delantera de esta. El polisón continuará de moda hasta finales de siglo, mientras que el corsé, vigente hasta principios del XX, marcará la figura de la mujer, pero a costa de provocarle numerosas patologías y enfermedades crónicas. La piel blanca será el estándar de belleza femenino hasta mediados del siglo XX. Para evitar los efectos del sol, se utilizarán las cofias y capotes que las damas se atan al cuello ocultando los laterales. Entre 1890 y 1914, la Belle Époque, se pone de moda, primero, la figura de “reloj de arena” o “chica Gibson”, por ser el dibujante estadounidense Charles Dana Gibson el creador de esta estética (figuras con un apretado corsé a la cintura que acentúa las caderas, hombros con mangas de pernil, altos peinados y amplios sombreros adornados con plumas y flores) y, después, la ropa deportiva (faldas y chaquetas más cortas para facilitar el movimiento, y los pantalones bombachos o “bloomers”, llamados así en homenaje a la feminista Amelia J. Bloomer).

El comisario de la muestra, Manuel Sánchez, con Larry Álvarez, consejero de cultura del Cabildo de Gran Canaria


El estallido de la Primera Guerra Mundial provocó numerosos cambios en la vida de las mujeres. Mientras los hombres estaban en el frente, ellas trabajan en las labores más duras del campo y de la fábrica, lo que implicaría un cambio radical de hábitos, de vestimenta: gran parte de ellas deja de utilizar polisones y corsés en beneficio de la falda larga con chaqueta y blusas. Comienzan a enseñar los tobillos y el sujetador se impone como ropa interior, al tiempo que la influencia del llamado orientalismo libera aún más a la mujer de una vestimenta que la oprimía. El escritor Benito Pérez Galdós fue un agudo observador de la moda de la época, que tuvo reflejo en muchos de sus textos literarios. En su novela ‘Fortunata y Jacinta’ hace una interesante exposición sobre la historia del mantón de Manila y su relación con el comercio en la capital de España. Por ejemplo, en su texto titulado ‘Vistazo histórico sobre el comercio matritense’, Galdós, explica el hundimiento de la pañolería y los artículos asiáticos por la vía de la Compañía de Filipinas, suplantados en España por la moda 'seria' importada de París y Londres.



La galdosiana Marta Blanco ha investigado sobre la indumentaria femenina en la novela de Galdós. Según Blanco, “en el siglo XIX se produce un proceso que Galdós consigue captar muy bien como autor realista y preocupado por los procesos contemporáneos impulsados por la clase burguesa, que es la transformación de la industria de la moda en España. Explica los resortes que en la actualidad nos sirven para comprender cómo se va configurando el fenómeno de la moda en la actualidad. El fenómeno de la extendida cadena de ropa Zara, por ejemplo, no lo ha inventado Amancio Ortega, sino Galdós, que ya nos habla de cómo la industria de la moda socializa y seduce a las masas con un concepto de modernidad. En ese proceso cronológico podemos averiguar la predicción de la moda y las nuevas corrientes”. Marta Blanco opina que la moda, la indumentaria y la utilización del traje como recurso estilístico en Galdós, es una de las grandes carencias existentes dentro de los estudios galdosianos. “Galdós basa sus personajes en la descripción que formula desde el rostro hasta el cuerpo, y en éste se recrea magistralmente. Si el propio autor ha legitimado su discurso de la moda en obras como ‘Fortunata y Jacinta’ como uno de los resortes que mueve el mundo, ¿quién es entonces el investigador para desechar esta vía de análisis?”, se pregunta Blanco.


La exposición ‘La Moda en tiempos de Galdós’ puede visitarse de manera gratuita en la Casa Museo Pérez Galdós, de martes a domingo (festivos incluidos), de 10.00 a 18.00 horas.


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